viernes, 16 de agosto de 2013

Muertos deshilachados



Muertos deshilachados


Muertos deshilachado, Antonio Regíl ríe
la farsa de Obrador nos cerca hacia el declive
Luz en los libros: Shakespeare, de Hamlet la venganza
y el sir frente a la tele pide tacos de panza 
“Se busca Narcogober” decía la papeleta 
y un chango beisbolista con gigantesca jeta
aplastando Picachos oscurece la escena
en su reino de cumbias bailar es una pena 
¿Qué importan esos tufos de pólvora en Los Mochis?
si El Debate me dice: “Los cochis no son cochis”
¿Qué importa que en El Fuerte lo fuerte sea el mitote?
Si el miedo y la desidia nos amarra el cogote
Buñiga y chouvinismo vienen a entremezclarse
y el universitario no osa revelarse
“¡Si pagan bien las minas! ¡Si somos de los cuerdos!
¿Cuándo al leer Cortázar te han dado buenos suledos?
Línea Directa informa: “Bajo la delncuencia”
Millán también lo sabe, mentir tiene su ciencia
si se llenan los antros y no bailan venado 
y Videorola es fuente del ranchero alienado 
Hipster de pacotilla perdido en la gran plaza
el academicismo solo otra puerta falsa
en las nubes de azúcar no esta el asalto al cielo
en las nubes de azúcar masones con su velo
La pseudo izquierda chafa se asoma tras la logia
y con centro y derecha son peores que los Borgia
Zenón Padilla corre con piernas de dinero
Neto y Duarte con Nalo pa ver quien va primero
Muertos deshilachados con casas de cartón
Jaime Romero entrega jaulas sin compasión
Luz en los libros: ¡Márquez! Que suene el contrabajo
y que la indiferencia no nos lleve al carajo
Culiacán también ríe con lágrimas de acero
detrás de la Buchannans se esconde siempre el pero
del elixir que brota de los nuevos castillos
con pasillos oscuros para oscuros concilios
Muertos que se deshilan hablando de Gaviotas
y con la nota roja se llenan de derrotas
¿Les falta alguna Diosa que les cale los huesos
para que naden fuera del río de los sucesos?
Muertos deshilachados que creen en las tonadas
que cuentan metralletas en tierras encantadas
el bueno no es un Chapo de amplia gallardía
el narco son la CIA y la Reina Sofía
Con esta me despido porque ya me piñe
las letras son venganza yo aquí lo desmostré
la poesía que crece creando la realidad
ustedes mismos juzguen si esto será verdad...

lunes, 1 de julio de 2013

Del saber-gozar.



Del saber-gozar.*





"Mejor que renuncie
Quien no pueda unir
Su horizonte a la subjetividad 
De la época"

Jacques Lacan.


Lejos nos encontramos, quienes seguimos la enseñanza lacaniana, de idealizar a un sujeto y elevarlo al estatuto de bondad natural al modo de Rousseau. Lejos nos encontramos, incluso, de reconocer algo “natural” en el sujeto. También tomamos distancia ante la patologizacion que el paradigma Cognitivo Conductual, con su ideal de intransigencia normativa, utiliza para categorizar a los sujetos. Desde Lacan nos posicionamos de tal manera que pensamos en el otro a partir de la relación que él establece con el Otro, de la forma en que se sitúa, subjetivamente, con la Ley y el Goce, estableciendo a través de esa relación un discurso. Precisamente porque es sujeto, sujeto de la Ley, del significante - dividido por el efecto de las prohibiciones simbólicas y sus aspiraciones pulsionales que van creando fantasmas, productos imaginarios que taponan lo Real insoportable tanto del entorno que lo rodea como de sí mismo, entendiendo lo más Real del sujeto como el Goce[1].


Sin embargo, la manera en que los sujetos son introducidos en el plano simbólico donde ubicamos el lugar de la Ley[2] no siempre los constituye de tal forma que reconozcan esta interdicción que los regula y los instaure como deseantes (porque quedarse en el deseo, sostenerse en el deseo propio es conservarse en el plano de lo deseante, mientras que el Goce no está en el desear, sino obviamente en el gozar; en ese plano el deseo ha quedado atrás). Algunas veces, la forma en que se estructura nuestra relación con cierto saber, lejos de llevarnos a conformar una neurosis que establezca defensas frente a un Goce -ya sea porque le horroriza precisamente gracias al gusto que en él provoca (neurosis obsesiva) o porque le ha resultado desagradable (histeria) en algún punto de su historia subjetiva- nos va posicionando frente a él como un filósofo que desmiente la interdicción que la Ley impone. 

Es el caso del perverso, para quien el fantasma no llega a consolarle frente a la castración (como sería en el caso de la neurosis), para él el fantasma es la guía[3], es el mapa donde se posicionan las coordenadas que le permitirán seguir el camino a un Goce del cual se cree un experto, un sabelotodo, el poseedor de un sabergozar mediante el cual niega la falta, la castración. Para él el fantasma debe ser escenificado y en esa voluntad de Goce invita a los otros a participar proclamándose como un portador de un saber al cual el prójimo, temeroso de cumplir sus propios deseos, solo puede acceder mediante la experiencia, misma que le brindará las ideas, esa revelación que supuestamente se esconde en el acceso al goce. O sea que, el perverso es un filósofo, sí… y empirista.[4]

Para el perverso la experiencia de este goce desmentirá la prohibición anterior “vez, no ha sido nada malo, ¡Goza! te lo has estado perdiendo todo este tiempo”. No obstante él no está fuera de la Ley, él toma en cuenta la Ley… y mucho. Busca re-negar de esa preparación previa que le da fuerza a esa orden, le reconoce en un “ya lo sé pero aun así…”, para desmentirla, jugar con ella de manera que sea el eje, el obvio punto de referencia de la transgresión, porque sin Ley no habría qué transgredir. Es este un punto en apariencia contradictorio en tanto la definición de Freud de lo cultural residía esencial y básicamente en la renuncia a lo pulsional[5]. Lacan nos dirá que la estructura perversa es producto de lo cultural[6], es una relación con el símbolo, parte de él y busca rechazar su limitación estructural en tanto no puede abarcar lo Real que es el Goce, ya que este siempre es un resto donde la operación de nuestro discurso no puede llegar; es inefable. La re-negación entonces se da a dos niveles: el primero que reniega de la prohibición que nos dejaría como deseantes y el segundo que desmiente la falta en el Otro, es decir, la falta inherente al discurso cuando de abarcar al Goce se trata. De esa forma la perversión pensada desde lo cultural es el recordatorio de ese resto que es la sustancia gozante, de lo escurridizo que es ya que siempre encontrará causes novedosos, es la consecuencia de nuestra inserción en la cultura: nuestro cuerpo, base de nuestra erótica, en su cruce con el significante, es pulsionado; lo que en un inicio solo es necesidad pasa a ser deseo y demanda. 

Hay algo de perverso en los modernos manuales del amor, en esos best seller titulados “Sex Code”[7] que pretenden instruir a esos hombrecillos que en su fantasma creen poder descifrar el Goce femenino. De ese lado se ubican también los discursos que tratan de definir las maneras de gozar de hombres y mujeres mediante exposiciones escolásticas que sitúan el núcleo del ser sexuado en la anatomía cerebral (que los hombres en este hemisferio y que las mujeres en aquel). Intentos vanos de una ilusión que pretende capturar eso que no puede ser atrapado, porque es escurridizo, porque rompe todo sentido, porque es Real, no realidad.

En tanto Real el Goce es desconcertante, ahí reside el enigma, esa falta de sentido que enloquece y empuja a producir ese culto que pretende (solo puede pretender) restáurale un sentido que nunca tuvo. Los dioses son una revelación de lo Real[8] decía Lacan, de eso Real que golpea nuestra frágil alma en su sostenimiento, en esos registros mediante los cuales le damos un poco de estabilidad a nuestro mundo: los registros de lo Imaginario y lo Simbólico; este último es rasgado inevitablemente por lo Real y es ahí donde se da el nódulo, el clímax donde desde lo imaginario se produce el fantasma del sabergozar con el que se identifica el perverso asumiéndose como el instrumento que puede hacer sonrojar al otro, hacerle gemir, orillarle a llorar, enchinarle la piel o hacerlo sangrar sin abandonar nunca la hipótesis de que en esas manifestaciones se juega una verdad: “aquí todos venimos a gozar”. La puesta en escena de una auténtica pornografía del sufrimiento[9].

Por su parte el Psicoanálisis es un ejercicio del pensamiento que apunta a diluir la ilusión[10] del saber gozar, o sea, reivindicar la falta en el sujeto. El deseo del analista es un deseo que se aleja del deseo del bien al otro, ya que esta noción de bien se camufla en los fantasmas más exóticos que abanderan todo tipo de aspiraciones que hacen a nuestra existencia un camino lleno de tropiezos con el goce. Lacan decía “…designar nuestro deseo como un no-deseo de curar. El único sentido que tiene esta expresión es el de alertarlos contra las vías vulgares del bien, que se nos ofrecen con su inclinación a la facilidad; contra la trampa benéfica de querer-el-bien-del-sujeto.”[11]




*Norberto Soto Sánchez.

[1] Véase este concepto en nuestro escrito anterior titulado “La verdad, la pulsión y el amor”.


[2] Thomas Hobbes en su obra Leviathan define una ley como una orden que se le da a un sujeto que a su vez se encuentra previamente preparado para obedecerla. Este “previamente”, a nuestro parecer, señala un aspecto de la historia subjetiva de cada uno de nosotros. Para revisar este dato remítase a Hobbes, T. (2008) Leviatan o la materia forma y poder de una república eclesiástica y civil. Fondo de Cultura Económica. México.


[3] Braunstein, N. (2006). Goce, un concepto lacaniano. Siglo XXI. México


[4] Tal como propone Hume que el origen de las ideas solo puede venir de las impresiones y a su vez estas de la experiencia. Véase Hume, D. (2005). Tratado de la naturaleza humana. Porrúa. México.


[5] Freud, S. (2008). El malestar en la cultura. Obras completas Vol. XXI. Amorrortu Editores. Argentina.

Y Freud, S. (2008). Moisés y la religión monoteísta. Obras completas Vol. XXIII. Amorrortu Editores. Argentina


[6] Lacan, J. (2011). Seminario 8. La transferencia. Editorial Paidós. Argentina.


[7] Luna, M. (2007). Sex Code. El manual práctico de los maestros de la seducción. Ediciones Nowtilus. Madrid


[8] Lacan, J. (2011). Seminario 8. La transferencia. Editorial Paidós. Argentina.


[9] Braunstein, N. (2012). La memoria del uno y la memoria del Otro. Siglo XXI. México.


[10]Lacan, J. (2009). El seminario 7. La ética del Psicoanálisis. Paidós. Argentina.


[11] Op. Cit. Pág: 264.

miércoles, 10 de abril de 2013

Sujeto, Suplencia y Capitalismo





Sujeto, Suplencia y Capitalismo 


El sujeto histérico 
se dirige a un amo; 
la producción de un saber 
que no se sabe* 



Por: Jorge Landeros.


El sujeto vive de la suplencia, esta última lo hace vivir en una comodidad imaginaria, a partir de los programas de televisión nacional. Estos se muestran con tintes de afecto para que el sujeto quede más apantallado, sin embargo la costumbre social ha atribuido eso como una distracción sana de lo que puede salvarle cada día de “estrés”, esto claro queda por fuera del razonamiento del sujeto ya que termina atrapado por el deseo del Otro, de lo que deviene del Otro. Sería puro sometimiento al principio de placer, por lo que solamente pensaría en una vida de confort. 

Fuera de eso el sujeto ya es construido por los afectos de lo imaginario, de eso que algunos llaman emociones, de ahí que el capital sería un Otro al cual adorar cada día, ya que se le ama y se paga con la mirada de sostenerlo por la única vía posible, la economía simbólica. 

La economía es el semblante de lo que no se quiere mostrar en televisión ya que se muestra el PIB pero jamás se muestra lo Real* que envuelve cada trabajador en su propio síntoma. Es así como actúa el engaño que se elije con ese producto, programa, película, noticiero etc. a partir de la desrazon del afecto. 

Cuidarse y prevenirse de los afectos seria una ética que lo llevaría al sujeto hacia un pensamiento analítico y crítico el cual no estamos acostumbrados a ejercer. 

Este tipo de elecciones que se toma en la vida por insignificante que resulte tiene impacto en el sujeto, porque la elección está sostenida por esa beta pulsional (Varela ,2012). Por eso, es a partir de la falta que elijo el beneficio del Otro como prioridad, el egoísmo también sería otra forma de dar beneficio al Otro ya que somos el producto del Otro. 

El sujeto trabaja desde un vacío que trata siempre de llenar a partir de su angustia, por eso el capitalismo hará su función de mujer haciendo existir al amor para que la masa siempre este fascinada por ese imaginario personaje que cree que existe. 













REFERENCIAS

Dr.Varela.N.C. (2012) Clase impartida en la EFyLS (Escuela freudiana y lacaniana sinaloense), Sobre “El Amor” 

* Dr.Varela.N.C. (2012) Clase impartida en la EFyLS (Escuela freudiana y lacaniana sinaloense), “Topologia” 



*Eso que no puede ser simbolizado. 

lunes, 8 de abril de 2013

Entrevista a César del Pardo para el Blog Prolee Los Mochis: El Marxismo y su historia práctica

Les dejamos una entrevista con el camarada César del Pardo, militante de la Coordinadora Nacional en Defensa por la Vivienda Popular y antiguo militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (histórico).




http://www.youtube.com/watch?v=Ioe-qjaz1Jo&feature=youtu.be

lunes, 11 de marzo de 2013

La pulsión, la verdad y el amor.




*Norberto Soto Sánchez.

Yo digo la verdad, no toda, porque decirla toda…
es materialmente imposible.

"La verdad tiene la estructura de ficción porque
pasa por el lenguaje y el lenguaje tiene una
estructura de ficción."

Jacques Lacan.

            
Es difícil hablar del amor. El amor en su cotidianidad, con todas sus peripecias, con todas sus alegrías y obviamente, con todos sus pesares. Pero sobre todo, el amor como ese re-vesti-miento hecho de fantasías, ideales, suposiciones, inferencias, afectos, memorias, imágenes, significantes, experiencias eróticas y tantas cosas más. El amor como una trama tejida, como un tejido mismo, hecho de todos estos elementos, en la que actuamos el otro[1] (su Otro), mi Otro[2] y yo. 



Y el interés por este tema surge de un deseo, de intentar de-velar un enigma; ¿Por qué es tan difícil la separación de un ser amado? Planteando esta pregunta tomamos una dirección acorde a lo que popularmente habremos escuchado como des-amor. Como eso que nombra la ausencia de afecto de un sujeto a otro o como el odio en que se transforma ese mismo afecto, destruyendo y/o transformando la mayoría de los elementos que participan en ese tejido que hemos llamado amor. 



Este tejido, esta totalidad obedece, de manera general, a tres registros que nos cubren a nosotros, sujetos parlantes, seres humanos. Son los tres registros de lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico. Por el lado de lo Real el objeto amado se encuentra en el estatuto de aquello que existe, que está presente frente a nosotros como cuerpo en el universo, este aspecto se refiere a la existencia objetiva del cuerpo con todas sus características. Por lado de lo imaginario consideramos al objeto tanto en su dimensión de imagen, de aquello que podemos ver, sus particularidades visuales, etc. Así como la forma en que produce ciertos efectos básicos en nosotros, con ciertos roses, ciertas caricias (es decir lo imaginario también se encuentra en los ciegos de nacimiento, aunque con sus peculiaridades) y además en aquella imagen que nos devuelve. Para ilustrar de mejor manera lo imaginario podemos remitirnos a la frase de García Márquez sobre el amor: “te amo no por lo que eres, sino por lo que soy cuando estoy contigo” y que se refiere a lo que logro ser a través de la imagen del otro. Yo lanzo un chiste, un gesto y espero una respuesta, verbigracia, la sonrisa con la que responde a nuestras ocurrencias o la forma en que vislumbramos sus ojos contemplándonos, un signo involuntario, tal vez que se sonroje, en fin, todas esas respuestas van creando lo que en Psicoanálisis llamamos imagen especular (en obvia referencia a que el otro es el espejo en que nos reflejamos). 

Por el lado de lo Simbólico tenemos una dimensión más compleja; se encuentra tanto todo aquello que a través del sujeto amado enlazamos con otras experiencias de nuestra vida como aquello otro a lo que su semblante[3] nos remite. De igual forma queda bajo la dimensión simbólica todas las experiencias que vivimos a lado del ser amado y se enganchan en una cadena de otras vivencias; estas experiencias pueden ir desde aquellas en que apreciamos la gracia y aquellas otras en que el odio emerge. Lo simbólico pertenece también, cualitativamente, al plano de lo inconsciente en tanto nuestra memoria se encuentra bastante lejos de ser omnipotente, de poder mantener simultáneamente todos los recuerdos en el plano de la consciencia. Por ello en el momento en que se enlaza un significante que surge en una situación dada y nos remite a otro, lo que ocurre es una re-evocación de otro significante que se encuentra en nuestra memoria, pero dentro de los dominios del Ello, solo para emerger a través de dicha cadena al nivel de la consciencia. Cada una de estas experiencias van enlazando lo que se conoce como cadena significante. Es a través de ella que sucede el fenómeno transferencial, es a través de esta cadena que puede ocurrir la transferencia. Y la transferencia puede ser pensada desde el punto de vista del ritmo[4], de la correspondencia del otro para conmigo, de esperar esa respuesta que se sitúe en el terreno de lo que represente algo para mí a través del acto; “si un paso que he dado me ha hecho caer, espero que sigas mi ritmo y a través de tu apoyo de-muestres tu amor hacia mí, que a través de tu presencia ahí donde la ocupo representes para mí algo más que tu sola presencia: el amor, la correspondencia”. 

Entonces hemos nombrado los tres registros, de una forma ciertamente limitada y ofreciendo algunos ejemplos de igual alcance. Sin embargo es una manera modesta pero práctica de ilustrar ciertos conceptos que tratan de discernir algo tan complejo como el amor, en tanto nos envuelve a todos los seres humanos en ese laberinto que es para nosotros la vida cotidiana, la experiencia misma. Ahora hay que tratar de mezclar los rasgos descritos de cada uno de los registros y observar lo que obtenemos. Lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico con todas sus particularidades, mezclados, condensados, crean lo que en psicoanálisis lacaniano llamamos Objeto a, objeto causa del deseo. A partir de aquí diremos que nuestra pareja, nuestro ser amado es nuestro Objeto a. En este mismo sentido gira la tesis lacaniana de que en el deseo poco hay de espontaneo; si nuestro objeto causa del deseo depende, como hemos mencionado, de los tres registros con que cada uno cuenta, y si dentro de lo simbólico y lo imaginario hay un reservorio que determina el surgimiento del Objeto a, entonces la forma en que caemos en ese estado afectivo llamado amor sugiere que hay una delimitación de las coordenadas en que nuestro objeto amado debe encontrarse para que se logre el levantamiento del amor. Es así que escuchamos a nuestros y nuestras semejantes, con sus sueños, sus aspiraciones, sus anhelos decir “quisiera un hombre inteligente y con dinero”, “quisiera tener una mujer ‘bien buena’ que ‘me siguiera el rollo”, “quisiera tener un viaje, ir a una fiesta donde conocer a una persona interesante, alguien con quien compartir aquello que me interesa”. 

Si retomamos, ahora sí, aquel sendero que mencionamos recorreríamos (el del des-amor), encontraremos que la pérdida del objeto amado no es solo la ausencia de algo externo a nosotros; si hemos dicho que a través del otro encontramos nuestra imagen -imagen especular que nos es devuelta desde el espejo que para nosotros es el otro- entonces lo que perdemos es la imagen interiorizada (inconsciente) de nosotros mismos que hemos construido a través de nuestro Objeto a. Sin embargo, en el duelo por la pérdida o abandono de un ser amado se conserva un resto imaginario de él. Es por eso que las solicitudes inocentes y bien intencionadas que le realizan a un sujeto sus seres queridos para que olvide, para que supere la pérdida de lo amado son vivenciadas, por el sujeto, como ofensas “¿Por qué me piden, precisamente, que olvide lo único que me queda de aquello que he perdido en lo Real?”. 

Y es que el vínculo con ese otro se va convirtiendo en una parte de nosotros. Éste vínculo, una vez roto, genera una conmoción pulsional. A nivel de la consciencia se experimenta un dolor; este dolor es la defensa que el yo genera para contener dicha conmoción, misma que es inconsciente. El yo se defiende inútilmente invistiendo libidinalmente las imágenes, los recuerdos de lo perdido, trata de mantener viva la imagen del ser amado pero no hace otra cosa que abrazar fantasmas que se esfuman acrecentando el deseo. Esa imagen fantaseada del ser amado es todo y a la vez nada; todo en tanto afecta la totalidad de nuestra psique, nada en tanto no tiene nada que le proporcione su soporte en lo Real. 



Por ello el enlace del nudo borromeo, que forman los tres registros, es lo que sostiene efectivamente al Objeto a, que se encuentra en su centro, donde se cruzan los tres registros: lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico; sin lo Real, sin la presencia objetiva del ser solo quedan los restos imaginarios en nuestra memoria, mismos que despertamos en los momentos más agudos del duelo, cuando aún no hemos logrado comprender la pérdida definitiva del otro amado. 

Esta misma pérdida, este mismo duelo, se vive también en el momento en que nuestro objeto de amor deviene siniestro, deviene la contradicción exacta del ideal que teníamos de él. Es decir, la idea que poseemos del otro amado siempre es superior a lo que ella (él) es en lo Real; para empezar en lo Real es un cuerpo, con agujeros, con zonas erógenas que son perfectamente estimulables por algún cuerpo que las roce. Existe la posibilidad de correspondencia erótica entre quienes amamos y cualquier otra persona, el inconsciente, su inconsciente es erótico, erotizable, el otro amado no alcanza un estatuto divino, es un ser pulsional como todo humano. La pulsión rompe con el ideal, pero adquiere su carácter ominoso en el otro justo porque los ideales con que la maquillamos son un relato completamente contrario a lo que es. El desengaño, la percepción de la malevolencia del otro, son rasgos que surgen de lo más íntimo, de lo más legítimo del sujeto y nos remiten a lo más propio de nosotros mismos, lo que yacía oculto tras nuestras idealizaciones de la relación erótica, la pulsión en el otro nos envía a una dimensión Extima. Lo más íntimo que deviene exterior, extraño, extranjero en tanto se le había olvidado en los abismos de una negación que no alcanza a refutar aquello que vuelve como el eterno retorno de lo evidente: la pulsión. 

En este sentido, la pulsión es eso que de alguna verdad hay en el sujeto, es lo genuino de su historia, su verdad subjetiva. Si hay alguna melodía en boga entre algunos sectores de la juventud que espiritualmente vuelen por los aires del New Age y nos invite a declarar todo nuestro amor en el registro de la verdad[5] (la letra dice “and you can say it all –como si eso se pudiera-, reveal yourself, i’ll listen”), nosotros responderíamos primero con el enunciado lacaniano que dice: “yo digo la verdad, pero no toda, porque decirla toda es materialmente imposible” para posteriormente pensar en ¿Qué de esa verdad que se supone podría expresarla al otro y ser aceptado por él en ese terreno de los ideales que es el amor puede soportarse? ¿Acaso puede aceptar mi pulsión, ese vacío insaciable que hay en cada uno de nosotros y que destruye los ideales por más bellos que estos sean? ¿Acaso puedo decir la verdad sobre mí mismo? ¿Es esta verdad soportable incluso para mí mismo? Si de lo que hay en lo inconsciente mucho es reprimido, es en la medida de su carácter insoportable para el sujeto en el que ha sido reprimida. Después de que el deseo queda establecido por el interdicto de la Ley -por el significante que le da su peso en tanto Ley, o sea, el Nombre-del-Padre[6]- queda regulado por la castración y de esa castración sabemos que se vive la idea de una deuda simbólica, ese temor a no representar para el otro aquello digno de que nos dirija su atención, de que nos invista libidinalmente en primera instancia y luego crea que somos y tenemos algo que jamás seremos y jamás tendremos, porque se juega en el terreno de la re-presentación, de lo simbólico; es nuestro semblante a lo que nos referimos[7], la apariencia de tener y ser lo que no somos y no tenemos (amar es dar lo que no se tiene). Es aquí donde emerge la angustia de que el otro sepa lo más íntimo de nosotros, esa verdad que a nuestros propios ojos es vergonzosa (deuda simbólica) y que de ser visible a nuestro objeto de amor haría que se desvaneciera, frente a sus ojos, nuestro semblante. 

La dialéctica que se establece con el otro al que amamos nos hace llegar, muchas veces, a obscuras escenas donde el odio emerge, donde las palabras se pronuncian en la vociferación, donde los ojos brillan exaltados por una tensión desgarradora, visceral, donde muchas veces el ímpetu llega a hacer que los sujetos se abalancen sobre otros con crueldad; el avasallamiento ciego y bruto a aquel a quien se dice amar. Es en estas ocasiones donde ponemos especial atención a aquello que llamamos Goce. El Goce no solo emerge en estos obscuros momentos, sin embargo es en estos donde, por su característica principal y por sus consecuencias, le ponemos especial atención desde el punto de vista clínico. El Goce no es placer, como bien lo dice Braunstein, el Goce “…entra en el orden de la tensión, del forzamiento, del gasto… indiscutiblemente sabemos que hay goce en el nivel en que empieza el dolor, y sabemos que es solo en ese nivel del dolor que puede experimentarse una dimensión del organismo que de otro modo permanece velada”[8]. Es esta tensión en la cual el sujeto se ve inmerso cuando el otro aparece para él como un significante que le remite a una verdad insoportable, que en la cadena de sus significantes lo señala –muchas veces sin querer, muchas veces queriendo, otras veces sabiendo (sin saber) y otras veces también- en falta, le factura su castración. Es ahí donde aparece el Goce fálico (remitámonos al cuadro anterior, en ese sector donde se cruzan lo simbólico y lo Real), esa tensión en que el sujeto parece desvanecerse en medio de una experiencia enloquecedora cuando se encuentra frente a la palabra del otro; el verbo toca la carne, las vísceras se retuercen cuando la palabra alude a ese nódulo de verdad inaguantable. 

Y el otro, con relación al sujeto al cual ha inducido al Goce por medio de su palabra ¿Sabe lo que está haciendo? Es decir, ¿es que siempre estamos al acecho del otro y el otro está siempre al acecho nuestro? Desde que Freud insistió en descifrar los misterios del Inconsciente sabemos que siempre decimos más de lo que queremos decir, el sujeto es un sujeto dividido ($), por eso el Ello es impersonal en relación con la experiencia de la consciencia: ¿qué momentos del lazo que establecemos con el otro están marcados por esta parte de nosotros que es el inconsciente y esa instancia psíquica que es el Ello? Todos, son estos los elementos que marcan el ritmo del que hablábamos al inicio, son ellos los que se ven afectados por el destiempo que la pulsión introduce cuando no sigue el metrónomo de nuestros ideales en el terreno amoroso. Este destiempo es el que hace que emerjan esas erupciones de Goce[9]. En el momento en que en lo Real el sujeto amado no cubre los parámetros de aquella idealización inconsciente que de él posee su amante, aparece, el Goce. Sabemos, sin saber, cuando asechamos al otro. Porque no se trata de preguntarnos si podemos amar y odiar a alguien; la pregunta pertinente sería ¿Podemos sólo amar a alguien? Sabemos que no. La ambivalencia hacia el otro es el rasgo característico del lazo que establecemos con él. 

Es en esta dialéctica, confusa, definida por la escisión fundamental sobre la que estamos constituidos, la que determina el problema esencial del entendimiento entre los amantes; Lacan lo decía: No hay relación sexual. Refiriéndose a esa innegable falta de armonía en el lazo que se establece entre quienes se abalanzan eróticamente. 

A través de la experiencia clínica en psicoanálisis se forma una ética; no podemos plantearle al sujeto que siga los ideales que obedecen a un fantasma que correlativamente nutre un ímpetu ciego, a la puesta en escena de una fantasía que es ella misma, en tanto experiencia, una negación que constituye una compulsión a la repetición. Porque la negación es un enunciado pero, más que ello, un fantasma. El amor no soporta la verdad, no soporta que el semblante caiga, sin embargo, en análisis se desenredan los ideales que construyen el amor; se va al análisis a curarse de los ideales y, como en la clínica de las neurosis se lo menciona, a prepararse para su inevitable fracaso.








[1] El otro, con minúsculas hace referencia a el otro ordinario, a la otra persona.
[2] El Otro (con mayúsculas) es una referencia tanto al lenguaje como al inconsciente. Precisamente el concepto freudiano de el Ello se refiere a esa impersonalidad que encontramos en los lapsus, en la pulsión, en los recuerdos pantalla (¿cómo saber cuáles no lo son?), en los sueños, en las erupciones de Goce y en tantos otros fenómenos que obedecen a las formaciones de lo inconsciente y que a nivel de la experiencia del Yo y de la consciencia se viven como algo más allá de nuestra voluntad, como actos de otro que vive en nosotros mismos y que emergen sin que podamos controlarlo. Es decir, este caso me refiero al Otro como todo aquello inconsciente dentro de nosotros mismos.
[3]  El semblante se encuentra por excelencia en el plano de lo Simbólico, es aquello que se encuentra en el objeto más que el objeto mismo. Estamos hablando de esa apariencia del otro que nos remite a otra cosa, es una forma de representar algo. Cierta intelectualidad, cierto porte de interés, o cierta actitud desafiante y seductora.
[4] Nasio, J. D. (1998). El dolor de amar. España. Gedisa.
[5] Por supuesto, debemos referirnos a las creaciones novedosas que circulan en el entorno cultural de los jóvenes. La canción a la que nos referimos se llama I’ll Listen de Armin Van Buuren ft. Ana Criado. Se le otorga su importancia gracias al discurso que se ha construido alrededor de algunas prácticas como las famosas raves (nos arriesgamos a estar out en el lenguaje actual) y en el cual claman por una “expansión de la conciencia a través del amor (y por supuesto el éxtasis)”, por inocente que suene o parezca le damos su importancia a estos enunciados ideológicos tratando de develar las consecuencias de ellos en el plano cotidiano, tomando en cuenta, como lo hacemos aquí, su relación con lo inconsciente y lo pulsional.
[6] El significante del Nombre-del-Padre no es una palabra, es aquello que en la psique del sujeto hace válido un mandato, le da sentido y lo legitima. Una orden puede pronunciarse pero si no es acatada, si no es reconocida como tal mediante la obediencia, solo suena como un zumbido. Este significante por lo tanto es una formalización conceptual para nosotros, en el contexto teórico. Lo que le da estabilidad a la realidad para los sujetos.
[7] Lacan, J. (2010). Las formaciones del inconsciente. Editorial Paidós. Argentina.
[8] Braunstein, N. (2009). Goce, un concepto lacaniano. Editorial Siglo XXI. México.
[9] Aludiendo a la manera en que Trotsky se refería al surgimiento, entre la masa, de la violencia revolucionaria: esas “erupciones de violencia” decía el legendario revolucionario y que nosotros retomamos señalando un curioso detalle: en la dialéctica de la lucha de clases es un elemento constando, la violencia. De igual forma el Goce, en sí mismo no es dialéctico, pero emerge en la dialéctica que establecemos con el otro. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Crónica de la Caravana CNDVP



Crónica de la Caravana CNDVP









Para la historia del cinismo 
pasarán las textuales palabras del secretario:
“la regamos con lo de vender la cartera vencida”, 
ante los cuestionamientos de los compañeros.


La caravana arribó a las oficinas de INFONAVIT en Mazatlán, Culiacán, Los Mochis, Tepic y estuvo compuesta de dirigentes de Sinaloa, Jalisco y Nayarit para encontrarse en la capital del país con los dirigentes de los demás estados en las oficinas del DF ubicadas en Barrancas del Muerto esquina con Silvestre Revueltas. También estuvimos presentes miembros del movimiento 132 de Sinaloa y Durango. En cada parada la insistencia de INFONAVIT por parar la caravana no cesó, olían la jugada, pero no sabían qué esperar en realidad. 

La ola se levantó desde las costas hasta el centro, el frente de las oficinas de INFONAVIT de cierta manera hacían honor a su dirección, la institución olía a podrido y Revueltas aparecía como fantasma musical por detrás, música fusión, revolucionaria, la tuba sonaba al son sinaloense pero con un aire de triunfo nacional para el proletariado. Los manifestantes no paraban de vociferar la presencia del director nacional de INFONAVIT. Se formó una comisión que recibió el Secretario Lozano. Ya dentro del edificio la comisión compuesta por dirigentes de Puebla, Nayarit, el Estado de México, Sinaloa y demás estados estaban presentes. Entre los que atendieron a la comisión dentro del llamado Salón Tolteca se encontraban el secretario Alejandro Lozano Botello (Secretaría General y de Asuntos Jurídicos),el Licenciado Francisco Benavides (sí, de los Benavides de la cadena comercial, pero dijo que de los “parientes pobres”), además de Daniel Corona, entre otros (1). En la reunión se aclaró la situación y se expuso las condiciones que tienen al país en la zozobra en el tema de la vivienda, se le recordó al Secretario Lozano que prácticamente el INFONAVIT se convirtió en un nido de corrupción que dividió al país en feudos donde las delegaciones y subdelegaciones hacen negocio con la cartera vencida que se le vendió a PENDULUM y SCRAP 2 y que a través de las procuradurías de los estados se ha criminalizado la lucha popular con complicidad de los ayuntamientos que, con sus inmobiliarias allegadas, revenden las casas a precios exorbitantes y con planes de pago que son un robo. Se les aclaró también que para seguir con las negociaciones deben retirar las órdenes de aprensión en contra de los líderes populares. La reunión terminó en acuerdos parciales, y los funcionarios salieron un poco molestos puesto que se sintieron incómodos de que se evidenciara su complicidad en el saqueo de los bienes de los trabajadores a nivel nacional. Se acordó una reunión con el director de INFONAVIT para el 3 de Abril en esa reunión sin embargo la ofensiva política del proletariado apenas empezaba. 

Al día siguiente nos recibieron en Bucareli, en la Secretaría de Gobernación, tomando nota de lo anterior expuesto en INFONAVIT, aquí se reiteró el uso de de las fuerzas represivas del estado en contra de la lucha popular. Los compañeros Víctor Silva Flores de Jalisco y José Ramírez de la capital hicieron una excelsa exposición de la Situación Nacional con respecto a la vivienda y los mecanismos con los cuales INFONAVIT y los llamados desarrolladores de vivienda hacen su agosto en conjunto con presidencias municipales y a los ojos y a oídos sordos de gobernadores de los Estados de la República Mexicana.
Se reiteró que el aparato del estado burgués pone condiciones leoninas a la lucha popular y que ésta, más que de fuerza física, ha sido de fuerza política, inteligente, popular, reivindicativa y justa, por lo que los actos represivos son desproporcionados. En este sentido hablamos de historias que se repiten por todo el país: fuerzas policiacas de diversos niveles tocando puertas en horas de la madrugada amedrentando familias en horas de la madrugada con armas de fuego en mano y usando la violencia y sin órdenes de desalojo. La lucha educa y el proletariado aprende a organizarse y a tomar conciencia histórica, esto no es nuevo. 

La segunda visita fue para la Secretaría de Gobernación
En la secretaría de gobernación nos atendieron el licenciado Juan Carlos García Azcona y el Director Jurídico Gerardo Salas Moreno. La plática en Bucareli fue provechosa para explicar la venta de la cartera vencida a inversionistas extranjeros y que uno de los trucos es vender los créditos hipotecados como acciones, ya que las hipotecas no se pueden vender, ese es un “truco” que se aplica en perjuicio de los trabajadores de la nación, por lo que INFONAVIT perdió su esencia de carácter social para convertirse en un atraco para el país. También se tocaron los puntos de cómo operaban para tranzar bajo 4 esquemas (explicado por el militante de la CNDVP Víctor Silva Flores de Jalisco), uno de ellos es el que se da en Los Mochis Sinaloa mediante el remate de viviendas que se realiza vendiéndoles las casas a las inmobiliarias en precios risibles para después revenderlas a los precaristas, gente humilde que tiene en posesión las casas y que son militantes de la CNDVP. En particular se vio el caso de César del Pardo que tiene orden de aprensión Expediente 233 diagonal 08 juzgado segundo de Distrito en Hermosillo Sonora, para que esta sea retirada y continuar con las negociaciones de las casas, la lucha popular está siendo criminalizada por el INFONAVIT, cuando ahora preguntamos ¿Quiénes son los criminales? ¿Quién vendió la cartera vencida del INFONAVIT a extranjeros para después convertir en feudos de la iniciativa privada el patrimonio de los trabajadores? Cosa innegable ya que el mismo Secretario Lozano ante el cuestionamiento de tal hecho calificó al mismo de grave error. 

A fin de cuentas se concretaron en la Secretaría de Gobernación los siguientes puntos: 

1- Que las procuradurías de los estados detengan los procesos en contra de los precaristas de los Estados de Zacatecas, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Durango, Nayarit, Jalisco.
2- Que se detengan las órdenes de aprensión por parte de las presidencias municipales de Bahía de Banderas, Nogales, Hermosillo, Los Mochis, Ciudad Obregón y Guaymas.
3- Que se llegue a convenios de pago con el INFONAVIT adecuados a las necesidades de la población humilde por medio de procesos como la novación. 

El tercer episodio de estas reuniones fue en San Lázaro, con representantes de la comisión de Vivienda de la cámara de diputados, aquí fuimos atendidos por los diputados Rodrigo Chávez y Alfonso Durazo con sus respectivos asistentes, también en la mesa estuvieron de nuevo el Secretario Lozano, Daniel Corona y Alejandro Arregui por parte de INFONAVIT. Para la historia del cinismo pasarán las textuales palabras del secretario: “la regamos con lo de vender la cartera vencida”, ante los cuestionamientos del compañero Víctor de Jalisco. El Licenciado José Ramírez, apoyó a la CNDVP, aclaró las cosas, y tras la discusión el Secretario Lozano accedió y se comprometió a buscar los mecanismos para vender las casas a los precaristas y dar las facilidades burocráticas para las personas con situaciones irregulares como aquellas desplazadas por la violencia en la sierra madre occidental y otras partes del país que llegaron a las zonas urbanas del país en busca de un hogar. Claro que el secretario Lozano aclaró que solo serían las casas que estén en manos de INFONAVIT, como sabemos que no nació ayer ni el pueblo organizado tampoco el implícitamente deja relucir que el reloj de arena corre, puesto que INFONAVIT sigue vendiendo las casas a particulares, el negocio billonario, cosa que se le aclaró; claro el hizo su lucha de seguir en la jugada, pero todas las máscaras han caído. El Secretario Lozano se comprometió a tratar el tema con el Director General de INFONAVIT, veremos de qué lado está, porque para cumplirle al pueblo deben de romper el negocio con el capital privado, los voraces capitalistas de rapiña. No se quieren las casas regaladas, se quiere pagar, pero a un precio justo, si entre la inversión privada se dejaban las casas hasta en precios menores de 15 mil pesos, ¿Por qué no vendérselas así a la gente necesitada? La pregunta es retórica, en este texto hemos explicado lo que hay detrás. Incluso en la negociación se habló de plantearle a SEDESOL y CONAPO subsidios para la remodelación de las casas vandalizadas. 

A grandes rasgos podemos decir que estos fueron los pormenores de la caravana de los precaristas, en la búsqueda de que los más necesitados fueran escuchados se ocupó de ir hasta la capital puesto que todos los intermediarios del aparato estatal fueron de oídos sordos, se agotaron las instancias, solo tenemos que voltear a España donde el estado monárquico español es una muestra del futuro del país en materia de vivienda si los altos mandos de nuestra nación no atienden al llamado del pueblo organizado, porque de nada hubiera servido que cada caso hubiera llegado a estas instancias burocráticas de manera individual, dadas las circunstancias que imperan de negligencia esas voces jamás hubieran repercutido, solo el pueblo organizado puede doblar al estado burgués para obligarlo a negociar lo que por legítimo derecho le pertenece a los trabajadores. 


Juan Francisco Soltero Sánchez
Yosoy132estudiantil Los Mochis 

domingo, 3 de marzo de 2013

LA CAÍDA DEL DESEO Y SU POLÍTICA



La caída del deseo y su política



“Para que puedas dormir tienes que soñar”* 

“Cuando el sujeto es puesto en escena fantasmática 
su forma más íntima de responder es con la castración, 
de lo que no -todo puede tener ni pensar 
y en la medida que el Otro lo atrapa en su discurso.” 



El psicoanálisis nos lleva a plantear un nuevo nivel de propuesta dirigida al propio deseo del sujeto, mismo que se encontraría ubicado en lo social de su síntoma. De esta manera el discurso capitalista juega la posición de ideal, para que el deseo siempre quede insatisfecho y luego que aparezca como caído, lo último se manifiesta en el desinterés por lo acontecido en el inconsciente del sujeto. Se hace presente aquí la historia personal del sujeto, lo que lo lleva a tomar decisiones en la vida, y en esto lo político también entra.


Es por eso que la única exigencia política que tendría el sujeto en la posibilidad de sobrevivir simbólicamente ante discurso capitalista, sería el derecho al deseo como instancia de pensamiento para su propio interés, su interés en lo social, en esto el psicoanálisis le apuesta a que el sujeto dirija su deseo hacia la ley**. En esto se posicionaría a nivel del discurso del Otro y preguntarse por lo que el deseo del Otro le viene a ofrecer en forma de dialéctica.


Ya el capitalismo vendría hacer un ofrecimiento de objetos para mantener su deseo insatisfecho (como se había comentado anteriormente), el sujeto se defiende no del capital si no de su propio deseo, porque el capitalismo apunta a hacer fracasar el fantasma ya que “el fantasma es la barrera que nos tranquiliza la barrera que pongo frente al Otro” (Varela, 2013)



***(Como una R inclinada)


Esta R inclinada se da en el momento donde hay fracaso del fantasma, esto quiere decir que hay caída del deseo cuando un sujeto no se interesa por la política o argumenta el “no hago esto porque de todas formas todo va seguir igual”, ahí también se ubicaría la angustia de lo real que no está siendo filtrada por el fantasma.


También hay cierta pérdida de memoria de lo histórico que se manifiesta en el encuentro con lo real que le provoca amnesia, es por eso que el mismo deberá preguntarse por su propio deseo, y mas allá por el deseo como deseo del Otro, donde lo último daría por resultado un sujeto que ejerce su propia práctica política comprometida con su deseo.

BIBLIOGRAFIA
Varela, Carlos (2013).”El fracaso del fantasma”, Seminario

*Fragmento sustraído de la clase imparta por el Dr. Carlos Varela Nájera sobre el tema “El fracaso del fantasma” .14/Febrero/13

**Esto se refiere a la ley simbólica que se instala en cada sujeto a partir de Edipo. Y no una ley jurídica.

***La fórmula fue sustraída de la clase impartida por el Dr. Carlos Varela Nájera sobre el tema “El fracaso del fantasma” 14/Febrero/13


Por Jorge Andrés Landeros.