La caricatura política de El Debate y El Movimiento #YoSoy132 Los Mochis.
La caricatura política tiene ya
mucho tiempo de haber surgido, el emperador Napoleón tercero se hizo acreedor a
uno que otro dibujillo gracioso. En el ámbito nacional, durante el porfiriato,
los mexicanos supieron hacer uso de sus agudas capacidades humorísticas
mediante dicho recurso y hasta la fecha la mayoría de los periódicos de gran
venta –si no es que todos- en nuestro país cuentan con al menos un
caricaturista que nos deleita con la graciosa acidez de sus imágenes.
Según el diccionario etimológico
de Chile, Caricatura viene del italiano caricare
que significa “cargar”. En la creación artística a la que nos referimos
esta carga se encuentra en el sentido de la exageración, o más bien la
acentuación de ciertos caracteres ya sean físicos o morales que se hacen de
algún personaje, institución o hasta situación, mediante un dibujo. No hace
falta ser un erudito para darse cuenta que, en la caricatura política, la
combinación de esas acentuaciones tanto físicas como morales son una mezcla de
la percepción estética del artista aunada a la representación social que él
posee del objeto al que se refiere por medio de su creación.
Por representación social[1]
nos referimos a las representaciones que de una institución, un movimiento, un
suceso o un concepto comparten una cantidad considerable de personas, es decir,
aquello que piensa un determinado grupo de individuos sobre una “cosa” gracias
a la socialización que llevan a cabo día a día con diferentes sujetos. No hace
falta ser un sociólogo para darse cuenta de la opinión que una buena parte de
la población mochitense tiene del movimiento #YoSoy132: “Son unos ninis, son
unos vagos, no van a lograr nada, no estudian; pónganse a trabajar, y un largo
etc.”
Si bien nuestra intención no es
ni explicar la teoría de las representaciones sociales ni elucidar el origen y
el destino en específico de las representaciones que del movimiento posea una
parte de la población mochitense, sí lo es poner énfasis en las formas de
propagación de ellas así como en su contenido. Tampoco tendremos que ser muy
brillantes para darnos cuenta de que quien más posibilidades tiene de propagar
una “representación social” es quien tenga los medios para difundirla:
El Martes 21 de Agosto del año 2012, integrantes del movimiento #YoSoy132 Los Mochis expresaron en conferencia de prensa su intención de solicitar por escrito, a los regidores del municipio de Ahome, que se den a conocer los criterios técnicos en los que sustentaron su decisión de autorizar al gobierno municipal de Ahome la adquisición de un crédito por 200 millones de pesos para la construcción de obras pluviales.
Dicha solicitud será realizada en virtud de que el endeudamiento que pretende adquirir el municipio deberá ser pagado por todos los habitantes de la comuna.
El día de hoy observamos una
caricatura que, no está por demás decirlo, fue graciosa. Se retrató a un
representante del movimiento 132 de Los Mochis como un burro, en franca alusión a la
supuesta carencia de preparación y/o estudios de los integrantes del
movimiento. Las “cargas” visuales que se observaban en el dibujo aludieron al
aspecto de uno de los camaradas del movimiento; por supuesto, fue bastante
gracioso.
Pero ese tampoco es el punto, pudiéramos estar riéndonos algunos minutos con la caricatura, sin embargo, no es ese el caso. Lo que queremos puntualizar es, ¿por qué se trata de ridiculizar a un grupo de jóvenes que tratan de incentivar un ejercicio democrático como lo es la participación ciudadana que, huelga decir, es además un derecho constitucional? Probablemente en otros países con una vida democrática mucho más madura esto sea inconcebible, es decir, ¿por qué la ciudadanía misma se encargaría de frenar a sus compatriotas que tratan de ejercer un derecho que es común?
La representación social que
observamos en la caricatura de hoy es ya típica en nuestra sociedad: “¡grillo!”
quien ejerza su derecho; “locos” quienes alcen la voz; “burros”, quienes salgan
a la calle a exigir que se respeten sus derechos; “malos perdedores” quienes
denuncien las irregularidades que son por demás evidentes en un proceso
electoral que no fue cuestionado solamente al interior del país, sino que fue
cuestionado más duramente a nivel internacional.
La intención del movimiento no es
confrontar con nadie, no es callar las voces que estén contra él. Sin embargo
es de llamar la atención –creemos nosotros- para toda persona, que pongan
palabras en su boca. Finalmente solo resta expresar ese gran desconcierto que
nos invadió, fruto del mensaje de la caricatura publicada hoy 22 de Agosto de
2012 en El Debate de Los Mochis y que decía: “Nos proponemos pa las obras
pluviales.”
¿Es que el movimiento #YoSoy132
se propuso para “las obras pluviales”?
El señor caricaturista ¿Estuvo
presente en la conferencia de prensa y escuchó de boca de los voceros del
movimiento decir eso?
¿Por qué mentir usando ese
recurso propagandístico tan potente, por que usar su talento para la calumnia?
¿De qué se trata?
¿POR QUÉ?
Con la solicitud de acceso a la
información pública que el Movimiento realizará en los días próximos se estarán
concretizando a nivel local varias de las consignas de #YoSoy132: MAYOR
PARTICIPACIÓN CIUDADANA, mayor difusión de la información, una democratización
más profunda de las instituciones públicas, mayor transparencia en la toma de
decisiones del aparato estatal en todos sus niveles y una mayor regularidad en
la rendición de cuentas de las autoridades gubernamentales.
Reiteramos que el Movimiento es
político pero independiente; NADIE ESTÁ PAGANDOLE NI UN CENTAVO A LOS
MUCHACHOS, nadie está al servicio de NINGÚN PARTIDO POLÍTICO. La lucha que están
llevando a cabo es impulsada solo por su voluntad; la voluntad que tienen de
ver un país mejor.
Por: Leonardo Jiménez.
[1]
El psicólogo social Serge Moscovici es una autoridad en el tema, inauguró el
estudio de las representaciones sociales con un trabajo titulado “El
psicoanálisis, su imagen y su público.” Además, existe una referencia a las
representaciones sociales, conceptualizada de diferente manera, por Marta
Harnecker y su maestro Louis Althusser en diferentes obras que tratan sobre la
ideología.